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Brecha de ingresos: ¿Cuánto tiempo te durarían tus ahorros sin tener empleo?

De quedarse sin trabajo, la mayoría de las mujeres no podría llegar ni a una semana con el dinero que tienen ahorrado. Mientras el 11% de los hombres podría sobrevivir más de seis meses sin un ingreso laboral, apenas 7% de las mujeres podría hacerlo.

Imaginemos que una persona pierde su trabajo o se ve orillada a renunciar, ¿cuánto tiempo podría cubrir sus gastos en tanto obtiene otra fuente de ingresos? Eso depende, entre otros factores, de cuántas desigualdades estructurales viva o haya experimentado esa persona.

El 11% de los hombres tiene ahorros para afrontar un periodo mayor de seis meses sin recibir salario. Pero la mayoría de las mujeres no podría llegar ni una semana, según datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).

El trabajo del hogar y de cuidados no remunerado, la subocupación, la brecha salarial, el empleo informal y las diferentes formas de violencia son algunas de esas desigualdades estructurales que les impiden a las personas tener ahorros para un imprevisto. Y esas variables resultan muy constantes en las mujeres.

De acuerdo con la ENIF, el 35% de las mujeres “podría cubrir sus gastos con sus ahorros si dejara de percibir algún ingreso” por menos de una semana. En la misma situación está el 28% de los hombres.

Si el supuesto es de más de una semana, pero menos de un mes, el porcentaje es similar entre hombres (20%) y mujeres (21%). A partir de ahí ambas poblaciones se van separando nuevamente, pues el 24% de las mujeres y el 28% de los hombres podrían sustentarse entre uno y tres meses si se quedaran sin trabajo.

El 11% de los hombres tienen ahorros suficientes para mantenerse de tres a seis meses sin trabajo; esta proporción es de 8% en el caso de las mujeres. En el lapso mayor, de más de seis meses, también el 11% de los hombres seguiría teniendo ahorros en lo que obtiene un nuevo empleo, pero sólo el 7% de las mujeres estaría en esa condición.

Trabajan mucho, por no ganan más dinero
Para ahorrar es necesario tener un ingreso. Pero, a pesar de ser mayoría en la población, menos mujeres generan ingresos propios mediante un empleo. Esta situación merma su autonomía económica y, en un país con altos índices de violencia contra las mujeres, esto las coloca en mayor vulnerabilidad.

Según la Encuesta Nacional del Ocupación y Empleo (ENOE), el 44.5% de la población femenina tiene trabajo remunerado, mientras que la tasa de ocupación para los hombres es de 74 por ciento.

Pero si es una mujer indígena o afrodescendiente, tendrá mayor dificultad de ingresar al mundo laboral. De acuerdo con la organización RacismoMX, para que a ellas las llamen de una empresa tienen que enviar 23% más currículums que las mujeres que no se identifican con esas categorías o no son leídas socialmente de esa manera.

La desigual distribución del trabajo del hogar y de cuidados no remunerado representa otro obstáculo. A la semana, las mujeres le dedican en promedio 40 horas a estas actividades, “son jornadas de tiempo completo que limitan su tasa de participación en el mercado laboral”, señaló Olinca Páez, subdirectora de Investigación de Información Econométrica del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“En todas las formas de trabajo, las mujeres trabajan muchas más horas que los hombres. Eso implica que tengan menos tiempo para actividades recreativas y personales”, apuntó la demógrafa durante el foro Contar y visibilizar: Las estadísticas de género y de cuidados impulsadas por el Inegi e Inmujeres, realizado la semana pasada.

Las otras piedras en el camino
Según los datos de la ENOE, en el inicio de este año más de 1.7 millones de mujeres estaban disponibles y tenían necesidad de trabajar más tiempo para obtener más ingresos económicos. O sea, el 7% de las mujeres que tienen un empleo o una actividad económica están subocupadas.

“Tienen trabajos vulnerables o que no satisfacen sus necesidades de oferta de trabajo en el mercado laboral”, expresó Graciela Márquez Colín, presidenta del Inegi, en el foro. Y agregó: “Respecto a los ingresos, el 73% de ellas están incluidas en un rango de ingresos entre uno y dos salarios mínimos”, en tanto que el 67% de los hombres gana en ese nivel.

Una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) estima que la brecha salarial de género puede llegar hasta el 33 por ciento. Los medios de comunicación representan el sector donde las mujeres tienen la mayor diferencia de ingresos respecto a los hombres por hacer el mismo trabajo. Le sigue el rubro de los servicios, industria conformada por 78.5% de mujeres.

Según el último reporte de la consultoría Grant Thornton, sólo el 38% de los puestos directivos en las empresas son ocupados por mujeres. En esos roles, además de más responsabilidad y poder de decisión, las personas tienen mejores percepciones.

Todo lo anterior va minando el camino laboral de las mujeres y, por lo tanto, su autonomía económica. De esa manera, difícilmente pueden sobrevivir sin un empleo, por más precario que éste sea.

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