Acuciado por la devaluación del rublo, el Banco Central de Rusia ha anunciado pasada la medianoche de Moscú un “corralito” a los ahorros en divisas extranjeras.
Desde ahora y hasta el 9 de septiembre, las entidades financieras no podrán vender dinero de otros países a los ciudadanos, aunque sí podrán adquirirlo a cambio de rublos, y la población solo podrá retirar un tope de 10.000 dólares de sus cuentas en divisas foráneas.
A partir de ese límite, será obligatorio convertir el efectivo a rublos al tipo de cambio del día de la operación. Casi en paralelo, la agencia de calificación de riesgos Fitch ha degradado aún más el rating de la deuda rusa de B a C —dentro de la categoría de bono basura— y augura ya un default (suspensión de pagos) inminente.
Las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea tras la invasión de Ucrania por tropas rusas han hundido la divisa rusa. Antes del conflicto fluctuaba a un tipo de cambio de alrededor de un euro por 85 rublos, pero tras la invasión de Ucrania ha llegado caer hasta casi la mitad, unos 165 rublos por euro.
Además de prohibir el uso del sistema SWIFT a las principales entidades del país, las autoridades occidentales, incluida Suiza, congelaron el fondo de 640.000 millones de dólares en divisas extranjeras con el que contaba el Kremlin para situaciones críticas.
La autoridad monetaria asegura que sus restricciones apena afectarán a la población porque, según sus cifras, el 90% de los depósitos y cuentas en moneda extranjera no superan los 10.000 dólares. La medida tiene como objetivo frenar la salida de divisas extranjeras del país tras las severas represalias impuestas por Occidente.
El banco central ruso ha publicado un texto en formato de “preguntas y respuestas” en el que explica a los ciudadanos los problemas que afrontarán estos meses. Al viajar, por ejemplo, el regulador les advierte de que no podrán sacar antes el efectivo en otras divisas, a lo que se suma también el veto a sus tarjetas bancarias porque Visa y Mastercard suspendieron su actividad en el país, pero el organismo les dice que “pueden pagar con la tarjeta Mir (el sistema interbancario ruso) y retirar moneda en el país de destino donde se acepta: Turquía, Vietnam, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Osetia del Sur y Abjasia”.
“El flujo de dólares al país está limitado por las sanciones, y esta es la única razón de las medidas especiales asociadas con la venta de efectivo extranjero por parte de los bancos”, admite el regulador. Tanto el organismo como la mayor entidad financiera del país intentaron mandar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía: “Las sanciones no tienen efecto sobre los depósitos y cuentas en rublos, sus fondos permanecen guardados y las operaciones estarán disponibles en todo momento”.