En 2020, los estímulos para la gasolina «se esfumaron» y parecen ser insuficientes y por ende tener un impacto de «cero» ante el alto costo que representan los impuestos como el IEPS dentro del precio de venta del combustible.
Los consumidores han comenzado a cuestionarse cuál es el verdadero beneficio de que los apliquen si en realidad la gasolina aún mantiene un alto costo, comparado con otros países.
En opinión de expertos, es importante evaluar la dimensión y porcentaje que éstos representan en la fórmula final, y cómo pueden «amortiguar», pues de lo contrario el golpe al bolsillo de los consumidores será inevitable.
Sin embargo, aclaran que esto es un comportamiento habitual, pues mientras suba el precio internacional de los combustibles también subirá el estímulo y de lo contrario no.
Un dato claro muestra que en el caso del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en febrero, el subsidio ha sido de $0 pesos por litro, mientras que en mayo de 2019 fue de hasta $2 pesos por litro, para la gasolina Magna.
De hecho, en las tres semanas del mes en curso, los estímulos tanto para la Magna como la Premium y el diésel no se han movido de $0 pesos por litro. Concretamente, en el caso de gasolina, el mayor estímulo otorgado en 2020 fue en la semana del 01 al 10 de enero, cuando se le etiquetó $0.81 pesos.
Luis González, director de Petroland, señaló que pese a aparentar lo contrario la medida es buena, pues conforme sube el precio de gasolina también debe hacerlo su estímulo.
Agregó que lo ideal sería que eliminaran el cobro del IEPS, pero advirtió que si quitan este amortiguador se pueden generar picos que pueden ocasionar un mayor impacto que un precio con poca variación.
Por su parte, el fiscalista Ramón Cabrera opinó que lo que sigue sin generar un verdadero mercado competitivo de combustibles es el IEPS que se le aplica al precio de las gasolinas, el cual no permite que el precio de éstas se ajuste conforme al valor internacional de mercado.