Durante siglos, en Japón los patos fueron aliados naturales a la hora de controlar la proliferación de algas y malas hierbas en los arrozales.
El movimiento de sus patas palmeadas desmenuzaba las plantas y removía el fondo, lo que impedía que estas recibieran luz solar para crecer. Además, se comían las semillas de este tipo de plantas y los insectos; de propina, abonaban el arrozal tras hacer la digestión.
Hoy, las grandes extensiones de los cultivos y las condiciones de producción controlada impiden su uso de forma habitual. Pero un ingeniero de Nissan ha estado explorando las posibilidades que ofrecería un dispositivo basado en los movimientos de estos pájaros.
Lo ha bautizado como “agiamo robo”, que significa pato robot.
Su pato robótico, similar a los limpiadores domésticos automatizados, va equipado con unas paletas de goma que imitan la forma y el movimiento de las patas de sus parientes del mundo natural.
Con un tamaño de sesenta centímetros de ancho y otros tantos de largo, y un peso de un kilo y medio, el prototipo ya está nadando de forma experimental en plantaciones de la prefectura de Yamagata.
Gracias a que va equipado con un sistema de GPS, conexión Wi-Fi y se alimenta de energía solar, la máquina es plenamente autónoma. En un futuro, este tipo de tecnologías podrían reducir el uso de herbicidas.
Por el momento, se trata de un proyecto tecnológico experimental sin vocación comercial, pero podría ser una alternativa viable.
Además, en Japón y en los países occidentales, existe un déficit de mano de obra en el sector agrícola, donde la robotización cotiza al alza.
En este vídeo puedes echar un vistazo a al pato robot en acción.