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Se disfrazan como apps de control parental, pero ‘stalkers’ la usan para acoso digital

Existen apps que permiten a terceros acceder de forma remota a una gran cantidad de información de un celular; se le denomina ‘stalkerware’ y es una forma de ejercer acoso digital, principalmente en contra de mujeres.

Se disfrazan como aplicaciones de control parental o de plantillas laborales, pero en realidad se usan ejercer acoso digital y vigilancia continua sobre la vida de alguien.

Con una app de este tipo un tercero puede rastrear los movimientos de una persona con GPS, monitorear su actividad en redes sociales, escuchar sus llamadas, leer sus mensajes, ver sus fotografías, revisar el historial de navegación. Como estos programas se ejecutan de manera oculta, la víctima ignora su presencia.

Estas apps de stalkerware, es decir vigilancia o espionaje sobre la actividad de alguien a través de su teléfono móvil, se pueden encontrar en las tiendas App Store o Google Play bajo la categoría de control parental, pero su uso es mucho más oscuro.

Carolina Mujica, gerente de productos de consumo para las regiones norte y sur de América Latina en Kaspersky, señala que las mujeres son las principales víctimas de este tipo de ciberespionaje y acoso doméstico.

El stalkerware suele ocurrir con más frecuencia en las relaciones de pareja, ya que se requiere del acceso físico al teléfono celular para poder instalar la aplicación y con ello iniciar el acoso digital.

Una encuesta que Kaspersky aplicó a 20,000 personas en Latinoamérica arrojó que 55% de los consultados no tiene la menor idea de las existencia de aplicaciones de stalkerware y tampoco tiene la forma de saber si están siendo víctimas de acoso digital.

Según Mujica, son las mujeres las que tienen más desconocimiento de ese tipo de herramientas. “De las personas que han sido víctimas de stalkerware, el 25% confirmó que en algún momento ha sido víctima de acoso digital, de los cuales el 22% eran hombres y el 28% mujeres. Estas cifras concluyen que son efectivamente las mujeres quienes están más expuestas a ser víctimas de violación de su privacidad”, y el stalkerware es uno de esos casos de abuso y acoso digital.

Compartir la contraseña para desbloquear el teléfono móvil es una práctica que facilita la instalación de estas aplicaciones de stalkerware en el dispositivo de la víctima. Sin embargo, hay formas de saber si estamos siendo objeto de cibervigilancia y acoso digital, afirmó Judith Tapia, gerente de productos de consumo para México en Kaspersky, compañía de ciberseguridad que en 2019 fundó la Coalición contra el Stalkerware junto con 10 organizaciones civiles.

Kaspersky identificó un incremento del uso del software de espía en Brasil, Estados Unidos y México, que en 2020 ocupó la posición número 5 a nivel global en el uso de software espía, una posición alarmante si se toma en cuenta que, de acuerdo con el Instituto Europeo para la Igualdad de Género, 7 de cada 10 mujeres víctimas del cyberstalking han sobre vivido al menos a una forma de violencia física de parte de su pareja.

¿Cómo saber si somos víctimas de stalkerware?
Tapia comparte algunos tips. Por ejemplo, dice, podremos detectar el aumento del consumo de datos móviles de nuestro teléfono móvil. “Esto se debe a que estas aplicaciones requieren acceso a Internet para trasladar los datos a la nube y que el acosador pueda estar revisándolos” de forma remota.

Otra señal la merma en el rendimiento de la batería del celular, esto se debe a que hay una actividad intensa en segundo plano que permite la vigilancia remota.

“En algunas ocasiones durante las llamadas podemos notar un ruido de fondo, esto es porque la llamada está intervenida y hay alguien que nos está escuchando. Otra de las señales muy importantes es si la gente conoce información privada que yo no he compartido con nadie, por ejemplo, una foto, el lugar donde estuvo, una búsqueda que hizo en Internet es muy probable que esté sucediendo a través de estos programas de acoso”, dice Tapia.

Para prevenir o revertir este tipo de acoso digital, las directivas de Kaspersky recomiendan, por ejemplo, establecer contraseñas de bloque de pantalla robustas y no compartirlas con nadie; revisar constantemente las aplicaciones instaladas en el teléfono móvil y cuáles son los permisos que tienen activados.

“Si no hay alguna aplicación que no reconocemos o no utilizamos, es mejor borrarla” y debemos deshabilitar el permiso de instalación de aplicaciones de terceros, advierten.

Una víctima de acoso digital mediante stalkerware que se da cuenta de que es vigilada primero debe limitar el uso de ese dispositivo, luego generar pruebas de la intrusión y solicitar ayuda a través de otro equipo seguro ya que si se borra la aplicación espía “la persona que la instaló va a saber inmediatamente que nosotros lo detectamos y lo hemos desinstalado”.

Para asegurarse de no ser víctima de stalkerware, Kaspersky recomienda:

  • Proteger su teléfono con una contraseña segura que nunca comparta con su pareja, amigos o colegas
  • Cambiar las contraseñas de todas sus cuentas y no compartirlas con cualquier persona
  • Descargar aplicaciones solo de fuentes oficiales como Google Play o App Store
  • Instalar una solución de seguridad confiable de inmediato y escanear el dispositivo con regularidad. Sin embargo, esto solo debe hacerse después de que se haya evaluado el riesgo potencial para la víctima, ya que el perpetrador puede notar el uso de una solución de ciberseguridad.
  • No apresurarse a eliminar el stalkerware si lo encuentra en el dispositivo, ya que el abusador puede notarlo. Es muy importante considerar que el abusador puede ser un riesgo potencial para la seguridad. En algunos casos, la persona puede escalar sus comportamientos abusivos en respuesta
  • Comunicarse con las autoridades locales y las organizaciones de servicios que brindan apoyo a las víctimas de la violencia doméstica, para obtener asistencia y planificación de la seguridad.

Esta práctica, subraya Judith Tapia, “no debe de ser vista únicamente desde una perspectiva técnica, sino como una forma más de abuso, como una extensión digital de este abuso físico y la violencia doméstica hacia las mujeres. Está demostrado que este software está asociado con casos de maltrato psicológico y también es considerado otra forma de violencia, pues los acosadores se basan en esta herramienta tecnológica para tener el control de las víctimas”.

Las expertas de Kaspersky alerta también sobre otra práctica de acoso digital mediante los dispositivos del hogar que funcionan con el internet de las cosas como asistentes de voz, control de cerraduras, iluminación o calefacción, o cámaras de seguridad.

“Hay un estudio de la OEA que nos dice que hay tres formas de violencia en línea con esto con el Internet de las Cosas: el hostigamiento, el denegar los servicios y desgastar psicológicamente a las personas”, dice Tapia.

“Con las cámaras pueden hacer grabación de vídeo; los micrófonos pueden hacer grabación de audio, pero pues también con estas nuevas tecnologías podemos minimizar o controlar el acceso a la iluminación, incluso ya se han detectado casos en temas de cerraduras, no en México pero sí en otros países donde se usa más esto”, alerta la directiva de Kaspersky.