Un estudio desarrollado por la Universidad de Maryland y el Instituto de Geofísica de Zúrich (Suiza) ha descubierto que existen 37 estructuras volcánicas en Venus que siguen activas.
La investigación, publicada este lunes en la revista Nature, pone de relieve la actividad geológica existente en el interior de Venus y cómo esta influye en la superficie del planeta.
Hasta el momento, se pensaba que la corteza de Venus se había enfriado lo suficiente para que la actividad geológica del interior del planeta hubiera disminuido, con lo que los materiales candentes no podrían salir a la superficie.
Los científicos apoyan la teoría de que Venus tiene una superficie más joven que planetas como Marte y Mercurio, cuyo interior es frío. Sin embargo, las pruebas de la actividad geológica interior, reveladas por esta investigación, y de que ésta es caliente, hacen que en la superficie del planeta se formen estructuras de anillo conocidas como coronas, algo parecido al fenómeno geológico que provocó la creación de las islas volcánicas de Hawaii.
Estas coronas se forman cuando columnas de material caliente salen al exterior rompiendo la corteza del planeta.
«Esta es la primera vez que podemos observar estructuras específicas y decir ‘mira, esto no es un volcán antiguo, si no uno que aún está activo’. Quizás dormido, pero no muerto», aseguró Laurent Montési, profesor de la Universidad de Maryland y coautor de la investigación.
«Este estudio cambia significativamente la visión que se tenía de Venus de un planeta prácticamente inactivo a uno cuyo interior aún está vivo y puede alimentar a volcanes activos», añadió.
En este estudio, los investigadores han utilizado modelos numéricos de actividad termomecánica bajo la superficie de Venus para crear simulaciones en 3D de las coronas.
El resultado ha ayudado a Montési y a sus compañeros a identificar características que están presentes solo en aquellas coronas con actividad reciente y también a dar con las primeras pruebas de que Venus es un planeta que sigue evolucionando y cuyo núcleo está aún vivo.
«El nivel de realismo de estos modelos, respecto a anteriores estudios, hace posible identificar diferentes etapas en la evolución de las coronas y ayuda a definir las características geológicas presentes solo en las que están activas. Podemos decir que hay al menos 37 coronas activas en estos momentos», afirmó Montési.