La vida de un emprendedor suele representarse como una vida llena de lujos, dinero y tiempo libre al lograr ser tu propio jefe. Sin embargo, para Simón Barrero, CEO de Rappi, la vida de emprendedor está lejos de ser eso.
«Emprender está lejos de ser algo cool», confesó, «de ser algo fácil (…) la gente de afuera dice que le negaron una idea y se volvieron millonarios, pero sabemos que esto de emprender es una vocación, es como ser doctor».
La compañía, que inició hace cuatro años, ha tenido un gran crecimiento, al pasar de una nómina de 300 personas a 3 mil 500 empleados.
Sin embargo, el crecimiento de la compañía no se ve reflejado en grandes ganancias para su presidente.
«Como emprendedor, por mucho tiempo no tuve sueldo, cuando tuve inversionistas me obligaron a tener sueldo de aproximadamente 2 mil 200 dólares…».
«En la compañía hay stock options y hay como 20 o 25 personas con sueldo más alto que el mío, como emprendedores hay que dar ejemplo. Vivir de esa forma es coherente con lo que queremos hacer», aseguró.
Borrero afirmó que si algún día llega a «cobrar un cheque grande», pondrá una fundación de giro social y humanitario.