La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico asegura que el panorama de México en cuanto a sus jornadas laborales afecta su bienestar.
Jornadas largas de trabajo y poco tiempo libre para dedicar al cuidado personal y al ocio hacen que México sea el peor país en la relación vida-trabajo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A través de su informe llamado “Índice para una vida mejor”, la organización señala que el 27 por ciento de los empleados en México tiene un trabajo remunerado de horarios “muy largos”, cuando el promedio de ese indicador en los países que forman parte de la OCDE es del 10 por ciento.
“Cuanto más trabajen las personas, menos tiempo tendrán para dedicarlo a otras actividades, como el tiempo que pasan con otras personas, el ocio, comer o dormir” dice la organización mientras concluye que en México los empleados dedican menor tiempo a su cuidado personal y al ocio, aspectos que afectan su bienestar.
Estas son algunas problemáticas que afectan la calidad de vida en México
México tiene la tasa de pobreza infantil más alta de la OCDE. En 2011, casi 1 de cada 4 niños mexicanos vivían en hogares pobres.
La licencia de maternidad, si bien es remunerada con el 100 por ciento del último ingreso percibido, solo dura 12 semanas y cubre únicamente a mujeres con empleo formal. Pero todavía puede hacerse más, ya que las tasas de registro en atención infantil para menores de 3 años son aún considerablemente bajas.
Las brechas de género y el trabajo no remunerado en México son unas de las más grandes de la OCDE. Las tasas de empleo de mujeres, si bien van en aumento a un ritmo moderado, son las más bajas de la OCDE después de Turquía y Grecia.
La pobreza de tiempo y los roles de género plantean grandes obstáculos a la participación de las mujeres en el mercado laboral. En el hogar, las mexicanas dedican 4 horas más al día a labores no remuneradas de cuidado de otros y del hogar que los hombres.
¿Qué debería cambiar en México para mejorar el balance vida-trabajo?
La OCDE señala que es indispensable el apoyo público principalmente para las familias con hijos, este se traduce en prestaciones y servicios que son fundamentales para las siguientes áreas:
Movilizar el empleo de las mujeres.
Reducir los riesgos de pobreza.
Promover el desarrollo de la infancia.
Mejorar la equidad de género.
¿Y cómo es la vida en México?
A través de su “índice para una vida mejor”, la OCDE señala que en México ha subido la calidad de vida respecto a hace 10 años, aunque el país tiene tareas pendientes en distintos rubros, mismos que serán decisivos para la población para el bienestar a futuro en la población.
Ingresos: En México el ingreso familiar promedio es de 12 mil 732 dólares al año, cifra que se queda corta con el promedio de países de la OCDE, que registra 23 mil 47 dólares al año.
Empleo: El mexicano trabaja en promedio 2 mil 250 horas al año, más que el promedio de mil 776 horas de los demás países de la OCDE. 29 por ciento de los empleados en México trabaja jornadas “muy largas” en comparación del promedio de 9 por ciento de los otros países.
Educación: 36 por ciento de los adultos entre 25 y 64 años han obtenido el equivalente de un título de educación secundaria, cifra mucho menor que el promedio de la OCDE de 74 puntos porcentuales.
Salud y Medio Ambiente: La esperanza de vida en México es de 74 años, cifra menor a la registrada por los demás países de la OCDE que tienen una esperanza de 80 años.
Comunidad y compromiso cívico: apenas el 76 por ciento de los mexicanos consideran conocer a una persona en la que puedan confiar, mientras que en los otros países de la OCDE la cifra llega al 90 por ciento.
Este tema también se refleja en el panorama electoral, ya que la participación ciudadana en las pasadas elecciones de 2018 fue del 63 por ciento, mientras que en otros países es del 72 por ciento.
Satisfacción ante la vida: De manera curiosa, los mexicanos dicen estar más satisfechos con su vida frente a las personas de otros países de la OCDE, con un 85 por ciento frente a un promedio del 80 por ciento del resto. Lo anterior se debe a que “dicen tener más experiencias positivas en un día normal (sentimientos de paz, satisfacción por sus logros, gozo, etc.) que negativas (dolor, preocupación, tristeza, aburrimiento, etc.)”.