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La industria de la música usa los NFT como forma de monetizar las canciones

La pandemia redujo los ingresos de los artistas por la cancelación de conciertos.
Ahora, los tokens no fungibles (NFT) son una nueva oportunidad de negocio para monetizar sus creaciones.
Los NFT posibilitan que los cantantes y grupos ingresen dinero directamente sin intermediarios.

La llegada de la pandemia por el Covi-19 supuso un impacto en la música del que la industria todavía intenta recuperarse. Sin embargo, también surgieron nuevas oportunidades de negocio, como los NFT, que pueden ayudar a obtener mayores beneficios en un contexto en el que los conciertos siguen limitados en muchos países.

Por si fuera poco, los artistas dependen de intermediarios como las firmas discográficas; estas les ayudan a grabar, producir y promover su música. Pero también se quedan un buen montante de los ingresos que generan.

Los NFT llegan para devolver el poder en su totalidad a los artistas sobre su música
No solo los artistas ven las posibilidades de los NFT. Según el Financial Times, Spotify ya elabora planes para añadir tecnología blockchain y tokens no fungibles —o NFT—a su servicio de streaming para aumentar las ganancias de los artistas.

En 2019, Daniel Ek, director general de Spotify, dijo en un podcast que las criptomonedas y el blockchain podrían permitir a los usuarios de «un servicio como Spotify poder pagar a los artistas directamente«. Especialmente a través de las fronteras internacionales o en regiones donde pocas personas tienen cuentas bancarias tradicionales.

Pero más allá de Spotify, muchos artistas ya decidieron entrar por su cuenta en el mundo NFT. Unos de los primeros en atreverse a esta nueva moda fueron los norteamericanos Kings of Leon. Tal grupo ofrece diferentes productos inéditos y exclusivos, llegando incluso a vender el derecho a disfrutar de asientos a sus conciertos en primera fila de por vida.

Otros artistas como The Weeknd, Snoop Dogg, Ozuna o Gorillaz incrementaron sus ingresos utilizando esta nueva vía de negocio donde ofrecer sus contenidos.

«Como en todo lo que suponga una disrupción tecnológica, probablemente hemos pasado unos meses de hype y todo se ha magnificado. Estos ciclos son normales y ya se anticipa que vayamos a entrar en una etapa de madurez; después de que muchos de esos NFT supervalorados se hayan ya desinflado», explica Marc Bara. Él es profesor de OBS Business School, en declaraciones a Business Insider España.

Los creadores de música pueden monetizar a través del modelo NFT
Por su parte, Ventura Barba, director ejecutivo de Sónar (Advanced Music) apunta en Business Insider España que «el mundo NFT y web3 han cambiado, y seguirán cambiando, toda la industria creativa. No solamente la venta o la exhibición de piezas sino desde la propia creación de las obras hasta la siempre complicada cuestión de la propiedad intelectual de las mismas».

«Los NFT han permitido que algunos artistas generen más ingresos con esto que con los streamings en las plataformas habituales. Pero también hay aspectos negativos: la posibilidad de crear una burbuja de NFT, la contaminación que genera esta tecnología…», expone.

Unas palabras que coinciden con el pensamiento de Cristian Varela, productor musical y DJ, que además añade que «los coleccionistas o fans pueden revender la música sacándole beneficio; lo cual es genial para recompensar a aquellos que apoyen a los artistas desde su comienzo». Aunque también señala que aún no contamos con «interfaces de usuario que favorezcan a las NFT de audio».

También, Bara puntualiza que «hay que entender que como inversión es volátil; su valor es relativo y se basa en lo que alguien está dispuesto a pagar por él. Además, implican demasiado consumo de energía y, por tanto, tienen mucho impacto medioambiental».

También está el caso de la cantante Vérité, que ha dicho recientemente que recurrió a las plataformas Web3 y a los NFT para hacer frente al «bloqueo algorítmico» de las actuales redes sociales y el streaming.

«Era cada vez más frustrante que parte del contenido que publico para las personas que han optado por mi ecosistema no les llegue a menos que pague», ha explicado, refiriéndose a tener que pagar por los anuncios en esas plataformas.

En la industria musical, muchos ven a los NFT como una nueva forma de dar poder a los artistas y ayudarlos a escapar de las plataformas de streaming centralizadas. que, en muchos casos, no les generan ingresos significativos por cantidad de reproducciones.

Pero, ¿cómo funciona exactamente esta simbiosis entre música y NFT?
Los NFT son unos certificados de titularidad o autenticidad. Mediante la tecnología blockchain acreditan al comprador (o inversionista) como titular legítimo de una obra única.

Estos activos pueden ser obras musicales, obras gráficas u obras audiovisuales, entre otros. Lo que ocurría hasta ahora con una canción o un video en formato digital es que era prácticamente imposible otorgarles un valor único, según explica Sympathy for the Lawyer.

Con los NFT, ahora la música puede generar contenidos únicos y exclusivos, pues incluso si se hacen copias de un archivo digital. Esto siempre se puede demostrar quién es el propietario actual y seguir el rastro del “ejemplar original”.

Según Ventura Barba, «a los artistas les puede aportar la propiedad absoluta de sus obras sin tener que pasar por intermediarios ni discográficas ni distribuidoras al uso. Capacidad también de singularizar las obras digitales y diferenciar las obras originales de posibles copias. Posibilidad de poder valorar directamente con su propia comunidad si lo que está publicando es bueno y gusta o no… feedback directo; y una comunidad muy potente que permite un modelo económico viable».

También, Varela agrega que una de las ventajas para los artistas es que son recompensados por su trabajo de una forma realmente justa; «y no cobrando 0.003 céntimos por stream».

Tal ha sido el impacto de los NFT en el mundo musical que hasta los Beatles tienen su espacio.

Por ejemplo, Julian, el hijo mayor de John Lennon, está vendiendo varias piezas de la historia de la música de su colección personal. Sin embargo, conservará los objetos físicos, ya que cada pieza de recuerdo se venderá como un NFT.

«Para aquellos que quieren entrar y sacar dinero al máximo sin aportar nada a la comunidad, para estos sí que pueda ser flor de un día. Para quienes creen en la tecnología y en la premisa que hay detrás de este movimiento (descentralización y empoderamiento a los creadores) sí que tiene mucho futuro», afirma Cristian Varela.

«Más allá de la especulación a corto plazo, sí creo que es una nueva tecnología que habilita ciertas ventajas para todas las partes implicadas y que a buen seguro ‘se va a quedar’», sentencia Marc Bara.

«De momento todo es demasiado nuevo como para poder predecir si el impacto final será positivo o negativo. Pero lo que es seguro es que es una revolución cultural que estamos seguros de que dejará huella a varios niveles», concluye Ventura Barba.