Sidebar Ad

Galaxy Z Fold 3, a prueba: el plegable más resistente de Samsung aspira a parecerse a un ordenador


Tras el accidentado lanzamiento del primer teléfono inteligente plegable de Samsung en 2019, la marca surcoreana se ha empeñado en crear móviles cada vez más resistentes. Es el caso del Galaxy Z Fold 3, el primer móvil plegable de la compañía con cámara bajo la pantalla y soporte para un lápiz óptico. El terminal, que cuenta con una pantalla gigantesca para fomentar la multitarea, es algo más barato que su antecesor. Pero aún tiene un precio elevado: si el Galaxy Z Fold 2 salió a la venta por 2.009 euros, el Z Fold 3 cuesta 1.809 euros.

El diseño del Galaxy Z Fold 3 es similar al de su antecesor. Sin embargo, este terminal es un poco más ligero —pesa 271 gramos frente a los 282 gramos del Galaxy Z Fold 2— e incorpora un módulo trasero de cámaras que pasa a ser más compacto y curvado. Samsung asegura haber mejorado la bisagra y optado por materiales más resistentes. En mano, el móvil parece robusto. Un aspecto importante teniendo en cuenta que garantizar la durabilidad de los teléfonos plegables es uno de los desafíos a corto plazo de los fabricantes del sector, según la consultora Strategy Analytics.

Plegado, el Galaxy Z Fold 3 puede ser usado como un móvil tradicional. Cuenta con una pantalla secundaria de 6,2 pulgadas que, aunque resulta algo estrecha, sirve para realizar todas las acciones cotidianas del día a día. Además, el móvil se abre como si fuera un libro para revelar una pantalla gigantesca de 7,6 pulgadas que recuerda a la de una tableta.

La pantalla principal tiene una nueva lámina protectora que, según Samsung, es un 80% más duradera. Al igual que pasaba con los modelos anteriores, en el medio de esta pantalla se aprecia una pequeña hendidura a simple vista o al deslizar el dedo por encima. Las grandes dimensiones de esta pantalla hacen del Galaxy Z Fold 3 un terminal ideal para leer libros, jugar, navegar por internet o ver vídeos.

Una cámara bajo la pantalla

De hecho, este teléfono inteligente es el primer plegable de la marca surcoreana con una cámara bajo la pantalla. Samsung ha puesto píxeles sobre la lente de la pantalla principal para conseguir una mayor inmersión al visualizar contenido multimedia. Pese a que el agujero de la cámara aún se aprecia, se camufla bastante bien para lograr una experiencia más envolvente.

Pero si por algo se caracteriza esta gran pantalla, es porque permite utilizar hasta tres aplicaciones a la vez. Por ejemplo, es posible consultar Instagram mientras se ve un videoclip de Youtube y se contesta a mensajes de Telegram. Además, el usuario puede activar una barra de tareas para ir cambiando entre aplicaciones sobre la marcha. Samsung pretende así ofrecer una productividad similar a la que se consigue al utilizar un ordenador. Aunque aún está lejos de conseguirlo, esta fuerte apuesta por la multitarea es un punto a favor.

El móvil puede además mantenerse abierto en un ángulo de entre 75 y 115 grados gracias a lo que el fabricante llama modo Flex. Al plegarlo como si fuera un ordenador portátil, algunas aplicaciones han sido actualizadas para mostrar un contenido en la parte superior y otro en la inferior. Por ejemplo, al utilizar Youtube, el vídeo aparece en la parte de arriba mientras que en la de abajo se puede leer la descripción del vídeo o ver otras grabaciones relacionadas. Al poner el terminal en esta posición encima de una mesa o sobre una superficie plana, es posible ver vídeos o mantener una videollamada con las manos libres.

Al igual que en los terminales más potentes de Samsung y de otras compañías como Xiaomi o OnePlus, las pantallas del Galaxy Z Fold 3 alcanzan una tasa de refresco de 120 Hz. Este parámetro hace referencia a la cantidad de veces que la pantalla actualiza la imagen que muestra por segundo. Por lo tanto, cuanto más alta sea, mejor es la experiencia, aunque también se gasta más batería. Los desplazamientos y transiciones entre pantallas han resultado bastante fluidos y suaves en todos los supuestos.

Tomar notas con un lápiz óptico

El Galaxy Z Fold 3 es además el primer teléfono inteligente plegable de la marca coreana compatible con un lápiz óptico. El S Pen, que tradicionalmente acompaña a la gama Note, tiene mucho sentido en una pantalla de tales dimensiones. Este accesorio sirve, por ejemplo, para escribir, tomar anotaciones o dibujar a mano al igual que se haría en un cuaderno.

En el apartado fotográfico, el móvil destaca por sus cinco cámaras: una en la pantalla principal de 4 megapíxeles, otra en la pantalla exterior de 10 megapíxeles y una triple cámara trasera compuesta por un sensor principal, un gran angular y un teleobjetivo de 12 megapíxeles cada uno. En general, los resultados conseguidos con estos sensores son nítidos y realistas. Además del buen nivel de detalle, las fotografías destacan por sus colores vivos. No obstante, se echa en falta una mejor calidad de la cámara de la pantalla principal. Especialmente teniendo en cuenta que puede ser utilizada, además de para hacerse selfis, durante las videollamadas ante el auge del teletrabajo.

El terminal es compatible con las redes 5G y cuenta con el procesador de Qualcomm para la gama alta Snapdragon 888. El modelo que ha probado este periódico tiene 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento —también hay una versión con 512 GB de almacenamiento—. El rendimiento del Galaxy Z Fold 3 no se ha resentido en ningún momento: ha sido el esperado de un móvil de gama alta tanto al usar varias aplicaciones a la vez como al utilizar juegos.

La batería es de 4.400 mAh. Es decir, algo más pequeña que la de su antecesor, que tenía 4.500 mAh. Con las dos pantallas y un uso no muy exigente del dispositivo, alcanza la jornada completa. Pero si se utiliza de forma intensiva el terminal, puede no llegar al final del día. Uno de los inconvenientes para algunos usuarios es que el móvil viene sin cargador. Samsung se unió hace unos meses a la tendencia de Apple de no incluir este accesorio en la caja del dispositivo.