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Con solo saliva o un pelo de una persona recrean su rostro, una tecnología que ya usa la policía en EEUU

La inteligencia artificial no solo va a permitir que los coches se conduzcan solos, que los teléfonos hagan de traductores en llamadas telefónicas o que los estudiantes puedan hacer sus trabajos en décimas de segundos. La IA tiene tantas vertientes y va a suponer tantos cambios, que hasta el trabajo policial va sufrir una enorme revolución. O mejor dicho, vamos a hablar en presente: hay departamentos de policía en Estados Unidos que están aplicando la tecnología punta para crear un retrato robot de un delincuente utilizando como base no a un testigo, sino una muestra de ADN. Sí, suena a ciencia ficción pero es real: de un simple rastro de saliva se puede llegar a ver el rostro de una persona. Y todo, gracias a la inteligencia artificial.

Un apasionante reportaje de Wired relata cómo agentes del Departamento de Policía del Distrito de Parques Regionales de East Bay, en California, Estados Unidos, habrían empleado tecnologías de reconocimiento facial en relación con un retrato generado a partir de una muestra de ADN. Esta situación podría representar el primer caso conocido de este tipo y además de ser algo alucinante, plantea diversas cuestiones éticas, morales y legales.

encontraban trabajando en una investigación de homicidio. La víctima respondía al nombre de Maria Jane Weidhofer, quien fue encontrada asesinada y con signos de abuso sexual en el Parque Regional Tiden de Berkeley, California, en el año 1990.

Parabon NanoLabs, la empresa que obra el «milagro»

Todo comenzó en el mencionado departamento de Policía en 2017. El cuerpo envió una muestra de información genética basada en ADN a Parabon NanoLabs, una empresa que asegura tener la capacidad de analizar dichas muestras para recrear en 3D los rostros de los propietarios. Al parecer, los detectives contaban con esta muestra recogida directamente en el lugar del crimen donde Weidhofer fue asesinada.

Parabon NanoLabs llevó a cabo el análisis del ADN proporcionado por los agentes utilizando su modelo de aprendizaje automático patentado. La empresa suministró al cuerpo el rostro del posible autor del crimen, o al menos un sospechoso potencial. Este rostro fue generado exclusivamente utilizando evidencias recopiladas en la escena del crimen.

Es importante señalar, como destaca Wired, que dicho rostro no era de ninguna manera una fotografía. Lo que Parabon NanoLabs proporcionó a los detectives fue un «Informe Instantáneo de Fenotipo», una representación en 3D creada mediante el algoritmo de la compañía. Los rasgos físicos de esta cara se generaron a partir de los atributos genéticos encontrados en la muestra de ADN, y el algoritmo se encargó de su creación.

El rostro en cuestión representaba a un hombre de piel clara, cabello y ojos castaños, con cejas frondosas y sin pecas. Un experto forense en arte dentro del departamento modificó la imagen para agregar un corte de pelo más convencional, propio de un hombre común, y le añadió un bigote, siguiendo la descripción proporcionada por un testigo de la época.

En un principio, la entidad divulgó el rostro en un intento de obtener el reconocimiento de algún residente de los condados de Alameda y Contra Costa en California. No obtuvo resultados positivos, y el caso permaneció estancado. No fue sino hasta tres años después, en 2020, que la entidad (específicamente, uno de los detectives) optó por someter la imagen a un programa de reconocimiento facial.

En una solicitud de «apoyo analítico» enviada al Centro Regional del Norte de California, el detective describió la situación. «Utilizando el ADN hallado en el lugar del crimen, Parabon Labs reconstruyó los rasgos faciales de un posible sospechoso. […] Poseo una imagen del posible sospechoso y deseo emplear la tecnología de reconocimiento facial para identificar a dicho sospechoso».

Lo más llamativo de este caso, que ya presenta numerosas interrogantes a nivel ético, moral y legal, es que este movimiento no fue comunicado adecuadamente por el detective. De hecho, tal y como señala Wired, esta revelación se hizo pública gracias a registros policiales que fueron hackeados por el colectivo Distributed Denial of Secrets. Este grupo de denunciantes tiene como objetivo principal que la información de interés público sea completamente accesible, abarcando filtraciones, datos censurados, entre otros.