Aunque sólo 50 mil trabajadores estadounidenses de General Motors (GM) están en huelga, la suspensión de labores está afectando la producción en México y Canadá, y ayer se dio a conocer que la planta de motores y transmisiones de Ramos Arizpe, Coahuila, entró en paro técnico parcial.
GM informó que la interrupción de labores en la fábrica coahuilense obedece a la falta de componentes que eran enviados a México desde una planta estadounidense cuya producción está detenida por la huelga, de más de tres semanas.
«Entrará en un paro técnico parcial del motor GEN V y la transmisión CVT a partir del 7 de octubre, implicando sólo al 7.5% de la población de complejo Ramos Arizpe», dio a conocer la automotriz estadounidense mediante un comunicado.
La planta de Ramos Arizpe emplea a unas 2 mil 100 personas y produce motores V8 y transmisiones y, de acuerdo a la empresa, la suspensión de labores afecta sólo a 415 de éstas, que –según GM– representan el 7.5 por ciento del personal.
El complejo ubicado en Coahuila tiene una extensión de 268 hectáreas y consta de una planta de ensamble donde se fabrican las camionetas Chevrolet Blazer y Equinox; así como una planta de motores y estampado.
«En GM de México nos mantenemos a la expectativa de las negociaciones entre General Motors Company y el sindicato UAW (United Automobile Workers) en Estados Unidos para evaluar el día a día de nuestras operaciones, esperamos que tanto nuestro complejo Ramos Arizpe, como Silao puedan restablecer labores en los siguientes días», agregó la compañía.
Desde hace tres semanas, 50 mil obreros adheridos al UAW iniciaron una huelga en demanda de mejoras a sus salarios y prestaciones; el paro afecta el abastecimiento de piezas para la producción automotriz.
La semana pasada, la planta de montaje de Silao (México), donde trabajan unas 6.000 personas, tuvo que imponer un paro técnico y dejar a parte de su plantilla sin trabajo por la falta de piezas. La planta produce las camionetas «pickup» Chevrolet Silverado y GMC Sierra.
