Elon Musk, presidente ejecutivo y accionista mayoritario de Tesla, demanda al condado de Alameda en California por no permitirle reabrir la ensambladora. Amenaza con llevarse sus negocios futuros a otro estado si no le permiten reestablecer la producción completamente. Xavier Serbiá habla con Vance Owen, abogado de Los Ángeles, para analizar lo que argumentan las partes en esta batalla judicial en medio del covid-19.
La fábrica reanudó su producción el 11 de mayo incluso en contra de la normativa local, que mantenía la prohibición de retorno en la industria automotriz. Y su dueño, Elon Musk, hizo una proclama de atrincheramiento virtual a través de las redes sociales frente a amenaza oficial de acciones directas en contra de quienes violen el período de cuarentena que allí se mantenía vigente.
“Tesla reanuda su producción hoy en contra de las reglas del condado de Alameda. Yo estaré en riesgo junto con los demás. Si arrestan a alguien, pido que solo sea a mí”, escribió Musk el lunes en su cuenta de Twitter, en una escalada de la disputa contra las autoridades locales, con las que confronta, precisamente, porque no se levanta el aislamiento y la posibilidad de que algunas actividades retomen las tareas.
La decisión del empresario tuvo el respaldo nada menos que del propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien reclamó a las autoridades locales que permitan la reanudación de las actividades en la factoría de los vehículos eléctricos. “California debe dejar a Tesla y Elon Musk abrir la planta ahora. Se puede hacer de forma rápida y segura”, aseveró el jefe de Estado en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter.