Los implantes electrónicos sin actualizaciones ni servicios de soporte también quedan obsoletos como ha ocurrido las más de 350 personas en el mundo que llevan los ojos biónicos de Second Sight tras la bancarrota de esta empresa tecnológica.
Second Sight Medical Products se ha especializado en sus más de 20 años de trayectoria en tecnología que permitiera tratar la deficiencia visual y la ceguera. El implante de retina es su avance más destacado, y ha llegado a contar con dos modelos: Argus I con una matriz de 16 electrodos y Argus II, de 60.
En 2020 la empresa cayó en la bancarrota, abandonando la tecnología que había desarrollado e implantado en más de 350 personas de todo el mundo dándoles una nueva oportunidad para ver a su alrededor, como recoge IEEE Spectrum.
Aun así, el año pasado logró recaudar 57.5 millones de dólares en una oferta pública, y este mes ha anunciado su fusión con la empresa biofarmacéutica Nano Precision Medical.
Second Sight informó que trabajaría en una nueva generación de implantes, Orion, que se implanta directamente en el cerebro, algo que también se recoge en su página web. Pero no se conocen planes para recuperar los implantes Argus, lo que está teniendo ya efectos en las personas que los llevan.
Una de ellas, una mujer que lleva un ojo biónico Argus II en su ojo izquierdo cuenta que este se apagó de repente mientras realizaba un transbordo en el transporte público en Nueva York (Estados Unidos) y no ha vuelto a funcionar desde entonces.
Otro hombre, que recibió un implante en 2019, estaba esperando una actualización de ‘software’ que mejoraría su visión para 2020, cuando empezaron a despedir a los trabajadores de la empresa, quienes le aseguraron de que ya no la tendría.
Un segundo hombre, llegó a convertirse en la primera persona del mundo en tener los dos ojos biónicos (Argus I en el ojo derecho en 2004 y Argus II en el izquierdo, en 2015), incluso impartió conferencias sobre la tecnología de Second Sight.
Estas y el resto de personas que lograron recuperar algo de visión con los implantes carecen actualmente de un servicio que mejore el ojo biónico que llevan o que solucione los problemas que puedan surgir en su uso y desgaste.
Pero no son los únicos riesgos a los que se enfrentan, ya que los implantes pueden causar complicaciones médicas u obstaculizar la realización de pruebas como las resonancias magnéticas, y su retirada no siempre es una opción, porque puede ser complicada y cara, e incluso dolorosa.