Las ventas de objetos inteligentes, como teléfonos que miden la temperatura corporal o anillos que controlan el sueño, se han disparado con la pandemia, que favorece el trabajo desde casa y el interés por controlar su propia salud.
Las ventas mundiales de teléfonos inteligentes se desplomaron en 2020 pero al mismo tiempo se vendieron un récord de 527 millones de ‘wearables’ (objetos conectados que se puede llevar encima), frente a los 384 millones de 2019, según Strategy Analytics.
Se trata de la primera vez que las ventas de este tipo de objetos superaron los 500 millones de unidades y los analistas esperan que la tendencia continúe, con la previsión de que superarán las ventas de teléfonos a finales de esta década.
Este aumento es el centro de atención del Mobile World Congress, el mayor encuentro anual del sector de las telecomunicaciones, que termina el jueves en Barcelona.
Los dispositivos que se llevan en el oído, como los auriculares –utilizados para hacer llamadas y escuchar música– representaron casi dos tercios de las ventas mundiales de ‘wearables’ el año pasado, en gran medida porque las personas que trabajan desde casa los compraron para hacer videollamadas.
Los objetos para llevar en la muñeca, como pulseras o teléfonos que cuentan pasos, controlan el ritmo cardíaco o incluso los niveles de oxígeno, representaron el 36% de las ventas mundiales de ‘wearables’, consecuencia de la pandemia que llevó a la gente a prestar más atención a su salud .