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Inteligencia Artificial ¿Roba el arte de los artistas?

En la actualidad, una gran cantidad de obras se ven inspiradas en otras y basta con usar la Inteligencia Artificial (IA) para crear arte a partir de la digitalización de imágenes; algunos artistas y fotógrafos vivos comienzan a contraatacar a las empresas de software de IA que crean imágenes derivadas de sus obras.

Dos nuevas demandas —una de Getty Images, el gigante de la fotografía con sede en Seattle— apuntan hacia servicios de generación de imágenes populares, porque supuestamente copian y procesan millones de imágenes protegidas por derechos de autor sin contar con una licencia.

Getty dijo que ha entablado procedimientos judiciales en el Tribunal Superior de Justicia de Londres contra Stability AI —el fabricante de Stable Diffusion—, acusándola de infringir los derechos de propiedad intelectual en beneficio de los intereses comerciales de la startup con sede en Londres.

Además otra demanda fue presentada en el tribunal federal en San Francisco, donde describe a los generadores de imágenes con IA como ‘herramientas de collage del siglo XXI que violan los derechos de millones de artistas’. La demanda, presentada por tres artistas en nombre de otros como ellos, también nombra a Stability AI como demandado, junto con la startup generadora de imágenes Midjourney, con sede en San Francisco, y la galería en línea DeviantArt.

La demanda sostiene que las imágenes generadas por IA ‘compiten en el mercado con las imágenes originales. Hasta ahora, cuando un comprador busca una imagen nueva ‘al estilo’ de un artista determinado, debe pagar para encargar o licenciar una imagen original de ese artista’.

Las empresas que brindan servicios de generación de imágenes suelen cobrar una tarifa a los usuarios. Por ejemplo, después de una prueba gratuita de Midjourney a través de la app de chateo Discord, los usuarios deben comprar una suscripción que comienza en 10 dólares mensuales o hasta 600 por año para membresías corporativas. La startup OpenAI también cobra por el uso de DALL-E, su generador de imágenes, y StabilityAI ofrece un servicio de pago llamado DreamStudio.

Stability AI respondió en un comunicado que ‘Cualquiera que crea que esto no es uso justo no comprende la tecnología y malinterpreta la ley’.

Las disputas de derechos de autor marcan el comienzo de un violento contragolpe contra una nueva generación de herramientas impresionantes —algunas de ellas presentadas apenas el año pasado— que pueden generar imágenes nuevas, texto comprensible y código de computadora a pedido.

También plantean preocupaciones más amplias sobre la propensión de las herramientas de IA para amplificar la desinformación o causar otros daños. Para los generadores de imágenes con IA, eso incluye la creación de imágenes sexuales no consensuadas.

Algunos sistemas producen imágenes fotorrealistas que pueden ser imposibles de rastrear, lo que dificulta distinguir entre lo que es real y lo que es IA. Y aunque la mayoría cuenta con algunas salvaguardas incorporadas para bloquear contenido ofensivo o dañino, los expertos dicen que son insuficientes y temen que sea sólo cuestión de tiempo para que las personas utilicen estas herramientas para difundir desinformación y erosionar aún más la confianza pública.

Algunas imágenes generadas que viajan en las redes sociales, y que potencialmente se vuelven virales, pueden ser difíciles de desacreditar porque no se pueden rastrear hasta una herramienta específica o fuente de datos, explica Chirag Shah, profesor en la Facultad de Información de la Universidad de Washington, quien utiliza estas herramientas para investigación.