Nuestra galaxia, la Vía Láctea, se encuentra rodeada de agujeros negros, pero un reciente descubrimiento ha señalado que uno de ellos es bastante más especial.
Tiene aproximadamente 55.000 veces la masa del Sol y lo que hace que sea tan peculiar, según la comunidad científica, es que podría ser una reliquia creada antes de que se formaran las primeras estrellas y galaxias.
Creen que ese agujero negro en concreto puede ser la semilla de los agujeros negros supermasivos que existen en la actualidad y podría ayudar a los científicos a estimar el número total de estos objetos en el universo, dijeron los investigadores.
El hallazgo de este agujero negro de «masa intermedia» o de tipo Goldilocks, que es diferente a los pequeños agujeros negros hechos de estrellas y gigantes supermasivos en el núcleo de la mayoría de las galaxias, se publicó en la revista especializada Nature Astronomy.
Los investigadores estiman que hay unos 46.000 agujeros negros de masa intermedia en las cercanías de la Vía Láctea.
«Este agujero negro recién descubierto podría ser una reliquia antigua, un agujero negro primordial, creado en el universo temprano antes de que se formaran las primeras estrellas y galaxias», dijo el coautor del estudio, el profesor Eric Thrane, de la Universidad de Monash.
«Estos primeros agujeros negros pueden ser las semillas de los agujeros negros supermasivos que viven hoy en los corazones de las galaxias».