La naturaleza, en su casi infinita variedad genética, ha sido siempre fuente de inspiración para la investigación tecnológica humana. Hemos creado máquinas que vuelan como pájaros y aparatos que nos permiten respirar debajo del agua. En esa constante búsqueda de avances que mejoren nuestra vida, existe un animal que ha inspirado el que será el adhesivo del futuro: el lagarto gecko.
La empresa NanoGriptech, formada por ingenieros de la Universidad de Pittsburgh, ha conseguido replicar con éxito las poderosas fuerzas de adhesión por atracción que generan las patas de estos pequeños animales. Acaban de lanzar al mercado Setex, el primer adhesivo que no utiliza pegamento, no deja residuos, es reutilizable manteniendo el 100% de su capacidad de adherencia y es completamente adaptable a cualquier configuración.
¿Cómo funciona Setex?
El secreto de este revolucionario material se esconde a tamaño nanométrico, donde un peculiar diseño geométrico imita las características de las patas de los geckos. Las almohadillas adhesivas en los pies de estos animales poseen millones de pequeñas protuberancias que interaccionan electrostáticamente con moléculas de la superficie a la que se adhiera el gecko, ya sea en plano horizontal, vertical o boca abajo.
En el adhesivo desarrollado por NanoGriptech, las protuberancias son simuladas con columnas de poliuretano que tienen en su extremo un sombrero plano en forma de seta, de forma que unos pocos centímetros cuadrados son capaces de soportar varios cientos de kilogramos.
Utilidades del adhesivo del futuro inspirado en el ‘gecko’
Al no utilizar fuerzas de adhesión química, las aplicaciones de Setex abarcan desde las de adhesivo seco a las de sujeción de materiales en contacto con la piel, como fijación de prótesis, cascos de seguridad, trajes de seguridad, biológicos, etc.
Tal y como explican los ingenieros de la Universidad de Pittsburgh que han desarrollado esta tecnología, “se ha abierto la puerta a un futuro en el que no habrá fugas con riesgo biológico, existirán forros protésicos cómodos, ropa deportiva de alto rendimiento y muchas aplicaciones más”, todo ello gracias a las increíbles patas de una pequeña lagartija.