El núcleo interno de la Tierra sigue siendo «una de las partes más enigmáticas de nuestro planeta, a pesar de numerosos estudios en los campos de la sismología, geodinámica, física mineral y ciencia de materiales» realizados en los últimos años, recuerdan los autores de un nuevo estudio sobre esta capa geológica, cuyos resultados se publican esta semana en el Journal of Geophysical Research.
La existencia de un núcleo interno sólido de la Tierra, distinto del núcleo externo fundido, fue descubierta en 1936 por la sismóloga danesa Inge Lehmann, después de analizar los datos recogidos en los sismógrafos de su país tras una serie de terremotos ocurridos en Nueva Zelanda.
Ciertamente, hasta ahora, uno de los pocos métodos para deducir la estructura de las partes más internas de nuestro planeta ha sido el estudio de las ondas sísmicas.
Los autores de la investigación que ahora se presenta no han podido avanzar mucho en la aproximación directa a esta capa interna que ocupa el 1% del volumen total del planeta y que contiene materiales a una temperatura de más de 5.000 °C, similar a la existente en la superficie del Sol.
No obstante, aplicando técnicas de inteligencia artificial y nuevos algoritmos de cálculo, el equipo autor de este nuevo estudio, encabezado por la investigadora Joanne Stephenson, de la Universidad Nacional de Australia (UNA), ha encontrado «evidencias» de que en la parte central de la Tierra existe «un núcleo interno más interno», con materiales y condiciones diferentes a las atribuidas hasta ahora al conjunto de la parte central del planeta.