Al menos uno de cada seis jóvenes en el mundo, principalmente mujeres, ha dejado de trabajar desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, señala un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«La crisis del COVID-19 está afectando a los jóvenes con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo. Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas».
«Si su talento y energía son marginados por falta de oportunidades o de competencias, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una mejor economía post-COVID», declaró Guy Ryder, director general de la OIT, al presentar el informe.
En el documento denominado «Observatorio de la OIT: La COVID-19 y el mundo del trabajo» se precisa que dichos jóvenes están siendo afectados de «manera desproporcionada» por la pandemia, y que el incremento rápido del desempleo juvenil registrado a partir de febrero de este 2020 afecta expresamente con más dureza a las mujeres que a los hombres jóvenes.
Con estos datos, la OIT revela que este segmento de la población también es uno de los más golpeados por la crisis sanitaria que todavía no termina.
«La pandemia inflige un triple impacto sobre los jóvenes. No sólo destruye sus empleos, sino también su formación, y coloca grandes obstáculos en el camino de quienes buscan entrar en el mundo del trabajo o de cambiar empleo», expresa el informe, dado a conocer este miércoles aquí.
De acuerdo a los datos manejados por la OIT, en el 2019, la tasa de desempleo juvenil del 13.6 por ciento, ya era más alta que la de cualquier otro grupo poblacional. Había alrededor de 267 millones de jóvenes (o uno de cada cinco a nivel mundial) que no trabajaban, ni seguían una educación o formación profesional.
Los jóvenes de entre 15 y 24 años que estaban empleados, además, tenían mayores probabilidades de estar en formas de trabajo que los hacía más vulnerables, como ocupaciones mal remuneradas, en el sector informal, o como trabajadores migrantes.
El informe de la OIT pide respuestas políticas urgentes, concretas y a gran escala dirigidas a apoyar a los jóvenes, incluidos los programas amplios de garantía de empleo/formación en los países desarrollados; así como programas intensivos en empleo y garantías en los países con economías de ingresos medios y bajos.
Este Observatorio de la OIT actualiza, además, la estimación de la disminución de las horas de trabajo en el primero y en el segundo trimestre de 2020, en comparación con el cuarto trimestre de 2019.
Se estima que se perdieron 4.8 por ciento de horas de trabajo durante el Trimestre 1 (equivalente a 135 millones de empleos a tiempo completo suponiendo un trabajo de 48 horas semanales). Esto representa una ligera revisión al alza de cerca de siete millones de empleos desde la tercera y última edición del Observatorio.
El número estimado de empleos perdidos en el Trimestre 2 permanece inalterado, en 305 millones.
Desde una perspectiva regional, las Américas (13.1 por ciento), y Europa y Asia Central (12.9 por ciento) presentan las mayores pérdidas de horas trabajadas en el Trimestre 2, puntualizó el informe del organismo internacional.