Pese al crecimiento de las terminales provistas por compañías como Clip, iZettle y Mercado Pago, el parque de estos dispositivos en relación con la población mexicana sigue estando entre los más bajos de las mayores economías latinoamericanas.
Mientras que en 2015, 85% de las terminales punto de venta (PoS) en los comercios mexicanos era provisto por la banca tradicional y sólo 15% por empresas fintech; al cierre del 2021, la banca tradicional aporta 55% de las terminales mientras que los agregadores o adquirentes, como Clip, iZettle, Sr. Pago o Mercado Pago, han visto su cuota de mercado incrementarse hasta el 45 por ciento.
Ramiro Nandez, director de Soluciones para Vendedores de Mercado Pago, la vertical financiera del gigante del comercio electrónico Mercado Libre, cree que, sin embargo, el principal enemigo de este tipo de tecnologías de pago sigue siendo el dinero en efectivo, que antes de la pandemia de Covid-19 era usado en 93% de las transacciones en México y que ahora, dos años después, es usado en 86% de los pagos.
Pese al crecimiento de las terminales provistas por estos agregadores, el parque de estos dispositivos en relación con la población mexicana sigue estando entre los más bajos de las mayores economías latinoamericanas. Las ocho terminales por cada 1,000 habitantes que hay en México dista de las 12 que hay en Argentina y de las 22 que hay en Brasil.
“Realmente tenemos un parque de terminales mucho más acotado en México y eso hace que muchos negocios no estén cobrando con estos dispositivos”, dice Nandez en entrevista.
Estrategia
Algunas de las principales razones por las que las terminales de empresas como Clip y Mercado Pago están ganando terreno frente a las de la banca tradicional incluyen que el proceso de contratación u onboarding es más sencillo, ya que los requisitos y la información que requieren estas compañías son mucho menores; además de que el precio también es menor.
Los propios bancos están contribuyendo a esta segmentación del mercado, de acuerdo con Ernesto Terríquez, director de Minsait Payments en las Américas, ya que ellos se mantienen como proveedores de los grandes negocios, a la vez que proporcionan servicios de backend, pues los agregadores recurren a su licencia bancaria y el cumplimiento regulatorio para ofrecer sus servicios.
“Ellos son los que han propiciado el crecimiento de los agregadores, porque ellos ponen la licencia bancaria y la parte regulatoria para que las fintech puedan ser aceptadas”, dice Terríquez en entrevista.
A esto se suma la estrategia de ventas que ha desarrollado cada una de las empresas fintech que ofrecen este tipo de dispositivos. En el caso de Mercado Pago, esta estrategia pasa por haber atacado primero a los pequeños y medianos negocios, desde farmacias hasta puestos ambulantes y por la inclusión de estos en el ecosistema de Mercado Pago, que permite que estos comerciantes puedan ofrecer recargas de saldo, pago de servicios; además de que les abre la posibilidad de acceso a crédito de trabajo.
México, de los más difíciles
El bajo nivel de bancarización y de educación financiera entre la población mexicana han hecho que el efectivo se mantenga como rey de los medios de pago y que, según Ramiro Nandez, México sea un mercado particularmente difícil para los medios de pago electrónicos o digitales, como los que se realizan a través de códigos QR o los pagos contactless (NFC).
“No se ha visto la revolución de los pagos QR que sí ocurrió en China y que incluso Mercado Pago impulsó en Argentina, donde 20% de la población económicamente activa paga con el código QR de Mercado Pago”, dice.
Entre los retos que enfrenta el país respecto de la adopción de este tipo de pagos por parte de la población están la seguridad, la confianza en las instituciones y la educación financiera y digital, de acuerdo con Nandez.