La economía estadounidense se vio impactada por el desempeño del sector externo, mientras que el consumo y la inversión se mantienen firmes.
La economía de EU registró una contracción en el primer trimestre de 2022, la primera caída desde el término de la recesión en 2020, y además resultó sorpresiva, impactada por el desempeño del sector externo, mientras que el consumo y la inversión se mantienen firmes.
De acuerdo con la Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés), el PIB cayó 1.4 por ciento a tasa anualizada en el primer trimestre, lo que contrastó con la expectativas de los analistas, de un avance de 1.1 por ciento.
Las exportaciones bajaron 5.9 por ciento, mientras que las importaciones crecieron 17.7 por ciento. Por su parte, el consumo privado aumentó 2.7 por ciento, impulsado por los servicios que crecieron a 4.3 por ciento. La inversión escaló a 2.3 por ciento, apoyada por la inversión no residencial que creció 9.2 por ciento trimestral anualizado. En tanto, el gasto de gobierno se contrajo 2.7 por ciento anualizado.
“La primera contracción del PIB desde que terminó la recesión seguramente despertará temores de que la economía se está estancando, pero si se examina más de cerca, el informe no es tan preocupante como parece”, destacó Lydia Boussour, economista para Estados Unidos de Oxford Economics.
Explicó que el débil desempeño fue reflejo principalmente de los impactos negativos de un déficit comercial creciente, una creación de inventarios más lenta y una disminución del gasto público.
“Los detalles del informe apuntan a una economía con una sólida fortaleza que demostró resiliencia frente a ómicron, las persistentes restricciones de suministro y la alta inflación”, indicó.
“El dato general del PIB del primer trimestre no cuenta toda la historia, ya que el consumo personal y la demanda interna siguen siendo muy fuertes. Las exportaciones simplemente no pueden seguir el ritmo de las importaciones, lo que sugiere que la economía sigue siendo sólida y que la inversión en inventarios mejorará”, indicó Edward Moya, analista de Oanda.
Advierten riesgos
Gabriela Siller, directora de análisis económico de banco Base, explicó que el PIB de Estados Unidos cayó por lo negativo de las exportaciones netas, lo que significa qué importó más de lo que exportó, pero una parte de las importaciones van desde México qué se traducen en exportaciones, entonces aunque parezca poco lógico, para México puede convertirse en un punto positivo dado que implicaría mayores exportaciones, explicó.
Ana Sepúlveda, Client Portfolio Manager en Fintual México, indico que un menor crecimiento económico en Estados Unidos tiene un impacto negativo parcial en México. La parte industrial es la que se podría ver mayormente impactada”, dijo y añadió que el consumo estadounidense se mantendrá fuerte y eso debe de mantener cierto dinamismo en México.
Por otra, parte, expertos consideran que ante el panorama complicado en la economía de EU, las presiones inflacionarias, cuellos de botellas y alza en tasa de interés, la economía mexicana podría sufrir una recesión.
“Esta situación, más el incremento en las tasas de interés amenazan con llevar a la economía mexicana a una fuerte contracción. La solución es cambiar la política fiscal y priorizar el gasto frente a las consecuencias de la atonía económica mundial y la inflación”, afirmó Miguel González, coordinador del Centro de Estudios Financieros y de Finanzas Públicas (CEFI) de la UNAM.
Dólar avanza pese a caída del PIB
El peso mexicano ligó ayer tres jornadas con pérdidas, ante el fortalecimiento del dólar, que mantuvo su avance pese a la contracción de la economía de EU. Perdió 0.33 por ciento, para ubicarse en 20.4679 unidades por dólar, su peor nivel desde el 17 de marzo pasado, según datos del Banco de México (Banxico).
D, indicó que teóricamente, una lectura negativa del PIB le resta fuerza al dólar, pero en esta ocasión no fue así, ya que los datos apuntan a que se mantiene firme el consumo, por lo que sigue la expectativa de una alza de tasas más agresiva por parte de la Fed.