La inflación no cesa e impulsada por los precios de alimento y energéticos alcanzó una tasa anual de 7.45%, la más alta en las últimas dos décadas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente se ubicó en 6.78%, ésta se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado.
Por su parte, la inflación no subyacente, la cual solamente incluye productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno se alcanzó una tasa anual de 9.45%.
En el tercer mes del año, los productos que más aumentaron sus precios fueron el transporte aéreo en 41.69%; el aguacate en 13.84%; servicios turísticos en paquete, 12.83%; cebolla, 10.87%; el jitomate, 7.50%el gas doméstico LP, 7.48%; el huevo, 6.09%; la tortilla, 2.03%; y la gasolina de bajo octanaje, principalmente.
En contraste, disminuyeron los costos del limón, chayote, frijoles, nopal, calabacita, papaya, cremas para la piel, así como los paquetes de internet, telefonía y televisión de paga.
De acuerdo con el análisis del Grupo Financiero Ve por Más, la presión en el subyacente se originó en el rubro de mercancías, lo que consideramos que está relacionado con el traspaso del incremento en los costos de materias primas y otros insumos. Por su parte, los servicios se estabilizaron, mas exhiben alzas no vistas desde 2008
El incremento en los precios internacionales del petróleo y alimentos, que detonó la guerra en Ucrania, estuvieron detrás del alza en los rubros de energéticos y frutas y verduras, dentro del no subyacente.
Agregó que el conflicto en Ucrania ha inducido incrementos en los precios internacionales de materias primas y otros insumos para la producción, los cuales estimamos que seguirán siendo traspasados, en cierta medida, al consumidor final.
Además, junto con los últimos confinamientos en China, se agudizará el retraso en la proveeduría de distintas mercancías a nivel mundial, lo que mantendrá el desbalance entre oferta y demanda Además, preocupa que las fuertes variaciones en los precios por un tiempo prolongado contaminen a las expectativas y, así, se genere más renuencia a bajar en la inflación
“En respuesta a lo anterior y a la expectativa de un agresivo endurecimiento monetario de la Fed, con la finalidad de mantener el anclaje de las expectativas de precios, contribuir a que la inflación efectivamente se modere y evitar un deterioro en las condiciones de operación en mercados domésticos, estimamos que el Banco de México continúe elevando la tasa objetivo en sus próximos reuniones, llevándola hasta 8% al cierre de año”, adelantó el análisis.